No cabe la menor duda que los profesores somos investigadores de nuestra
propia práctica. Cada día investigamos lo que ocurre en nuestras clases, observamos
cómo reaccionan nuestros alumnos ante estímulos, motivaciones, experimentos,
cambios metodológicos, con sistemas de evaluación alternativos. Pero la
cuestión están en ¿somos conscientes de ello?
En las próximas semanas, en mi asignatura de Innovación Educativa con los
estudiantes de 2º de Ed. Primaria Bilingüe, vamos a indagar sobre la
investigación-acción, la investigación hecha por profesores y la indagación
como actitud. Tres perspectivas enmarcadas dentro de la investigación
cualitativa o el paradigma interpretativo. Lógicamente no es el único, pero
cada uno debe descubrir el suyo, en función de sus intereses, de sus propósitos
y de las metas que quiera alcanzar (Taylor y Bodgan, 1986).
Quizás esta perspectiva nos ofrece una serie de ventajas, que para el
mundo de la Educación (a cualquier nivel) nos viene bien y nos ayuda a poder
profundizar sobre lo que pasa, cómo pasa y por qué. Algunas de estas son las que nos ofrecen como Pérez Serrano (2008):
- Se sigue un diseño de investigación flexible, en el que las ideas iniciales son vagamente formuladas, pero no definitivas, ya que se irán construyendo según vayamos avanzando en la investigación.
- La realidad cambia, porque las personas van construyendo los contextos en los que se participan.
- Todas las perspectivas, creencias, predisposiciones son valiosas e importantes. En contextos como el educativo mucho más, porque nos ayuda a ir creciendo y aprendiendo de la diversidad.
- Nos ayudan a conocer a las personas de manera integral, interiormente y experimentar aquellas emociones que ellos tienen.
Son muchas más las ideas que se pueden extraer como ventajas para
entender la investigación cualitativa, como un método afín para iniciar cualquier
proceso de innovación y cambio dentro de nuestras aulas.
Lo realmente importante es que los docentes seamos personas que
investigamos, que tenemos los ojos abiertos a lo que ocurre y sepamos
interpretarlo para poder actuar y mejorar los procesos de enseñanza y
aprendizaje.
Todo esto puede quedar un poco difuso, en el aire, no concretado. Por
eso, desde la teoría se nos ofrecen los tres enfoques anteriormente citados
(investigación-acción, investigación hecha por profesores y la indagación como
actitud) y sobre los que ya profundizaremos en próximos post. Tres enfoques que tienen
como base la coordinación entre docentes, el compromiso por el cambio y la
mejora educativa y el interés por avanzar a las demandas de la sociedad.
A partir de aquí, de esta pequeña reflexión personal, toca abrir los ojos
y tomar conciencia de nuestra aventura de investigación en el aula, de aprender de nuestro contexto y de nuestros alumnos, y por qué no, con nuestros alumnos.
Continuará...
Referencias utilizadas:
Pérez
Serrano, G. (2008). Investigación
cualitativa. Retos e interrogantes (5ª edición). Madrid: La Muralla.
Taylor, S. J. & Bogdan, R. (1986): Introducción a los métodos cualitativos de
investigación. Buenos Aires: Paidós.
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